
La fotografía analógica es para mí un acto de calma y conexión profunda. A diferencia del disparo rápido y masivo de la cámara digital o el móvil, la analógica invita a respirar, a detenerse, a sentir cada momento. Cada fotograma tiene un valor que va más allá del dinero: es una oportunidad única, un instante que merece toda la atención.
Utilizo la fotografía analógica en proyectos profesionales precisamente por la calidad única que ofrece: la riqueza y profundidad de sus colores, la textura natural, y la manera en que captura la luz con una calidez y detalle que pocas veces logra lo digital. La fotografía analógica no solo aporta belleza estética, sino también una dimensión emocional y auténtica que transforma cada imagen en una historia llena de alma.


En 2024 recibí con mucha ilusión la prestigiosa beca Ilford Community Grant para desarrollar mi proyecto de fotografía de danza "e(P)hemeral". Colaboro habitualmente con Cuarto Color Lab, uno de los laboratorios de fotografía analógica más importantes de España, donde imparto talleres para compartir mi forma de entender y vivir esta técnica.
Además, formo parte del colectivo británico Only Films y colaboro con Lomography, espacios que me conectan con una comunidad global apasionada por la fotografía analógica.
Mis imágenes han viajado y sido reconocidas en exposiciones en Reino Unido, Italia, Madrid y otros lugares, llenándome de energía para seguir explorando este lenguaje que tanto me conmueve.
